jueves, 10 de marzo de 2011

Llorar o sonreir?

Sentada en uno de los computadores de la universidad pensaba una y otra vez que había hecho mal. Me dolía pensar que nada salía como yo lo planeaba; miraba a mi alrededor y solo veía mascaras en cambio yo no usaba ninguna, me sentía tan desnuda. De pronto un viejo amigo se acerco a donde yo estaba y se sentó a mi lado, no cruzámos ninguna palabra ,pero sabíamos que quería decir cada uno, para que palabras si los gestos hablan por sí solos.
Una lagrima recorrió mi mejilla y quise evitar que el la viera pero fue imposible porque él se percato que me sentía mal.
-¿te gustaría que te sacara de ese estado? – me pregunto.
Con una cara de ingenuidad le dije que eso que proponía era imposible, yo me conocia demasiado y reconocia que esa no era una opción en mi vida.
Mi miró y pude en ese momento ver la calidez de su sonrisa y de sus ojos, sin pensarlo ni una, ni dos, ni tres veces, ya estaba sonriendo… él se alegro…
Ese solo fue el comienzo de un encuentro fortuito lleno de tristeza que se convirtió en algo especial para ambos.